jueves, 9 de mayo de 2013

Correr descalzo, ¿es bueno o Malo?


Interesante artículo de José Antonio Guarnido ( Centro de Podología Aquiles)sobre si es bueno o no correr descalzo.

Personalmente coincido con él en casi todo, creo que es una moda y como todas las modas será algo pasajero, pero por el camino dejará un rastro de lesiones y afecciones autoprovocadas en numerosos corredores, que, bien por querer mejorar una marca, o bien por probar algo nuevo, no se dan cuenta de que el asfalto no es un terreno adecuado a nuestra piel desnuda.


Leédlo y a ver que opinais:



¿Es sano correr descalzo?


1x1.trans ¿Es sano correr descalzo?
A la hora de hacer un estudio este tema es complicado desde el punto de vista sanitario, ya que hay muchas variables, tanto a favor como en contra. Además es un tema comparable al fútbol  ya que el integrismo existente entre partidarios y detractores no admite una visión más realista, equilibrada y comedida de lo que supone a un individuo iniciar esta delicada experiencia.
Pero, ¿es o no es aconsejable correr descalzo? Pues la respuesta es contundente: “depende”. Si nos vamos al África profunda, a algunas regiones más aisladas de Centroamérica o de Asia, podemos encontrar multitud de personas andando, corriendo y haciendo vida normal descalzos y no les pasa nada. Claro está, estas gentes en general son de estratos sociales desgraciadamente muy deprimidos y las criaturas subsisten con un dólar diario (o incluso menos) por lo que el calzado es la menor de sus preocupaciones.
Si nos vamos a los orígenes de la humanidad, es evidente que caminar sobre piedras cortantes, hielo o nieve no era agradable, por lo que los primeros zapatos eran pieles a modo de protección. Posteriormente, las civilizaciones vieron en el calzado un aliado a la hora de mejorar su calidad de vida: un trozo de piel dura y unas cuerdas eran suficientes para evitar heridas y subsiguientes infecciones en una época donde tener una herida era algo serio para la integridad del individuo. Gracias al calzado, entre otros elementos, colonizamos lugares tan dispares como montañas, el Polo Norte, playas, áreas volcánicas, etc. Fue el gran aliado junto a la ropa, por supuesto, y los pequeños avances en medicina natural para la expansión y longevidad del hombre.
El pie está diseñado para correr descalzo; su articulación subastragalina absorbe los impactos como el amortiguador en el coche, el sistema de articulaciones y ligamentos dispersan y dirigen la carga durante la marcha. Nos encontramos probablemente ante la mayor máquina de ingeniería que se ha diseñado, pero hasta este logro tiene sus límites, tanto generales como individuales. El pie está diseñado para estar descalzo pero sus tejidos no están preparados para materiales tales como el asfalto, cristales, montañas de pizarra. Si el asfalto digiere literalmente el caucho de los neumáticos, ¿qué no puede hacer con una sencilla y practica dermis?
Cuando la gente me dice “Abebe Bikila corría descalzo”, yo les contesto que tenía un pie casi ideal y presentaba una capa de un dedo de piel, grasa y tejido fibroso como consecuencia de la ausencia de un calzado durante 20 años de su vida. Su organismo se adaptó en una superficie natural de caminos de tierra y piedra desde que era un bebé. Bikila se calzó por primera vez unos zapatos en el ejército con casi 20 años de edad y esto es extrapolable a centenares de millones de criaturas, la adaptación.
Si ahora cogemos a un grupo de individuos jóvenes de entre 15 y 35 años, gente que ha estado calzada desde su nacimiento hasta el momento que deciden correr descalzos, nos saltamos esa adaptación. El cuerpo tiende a economizar, esto es, si le administras vitaminas continuamente se vuelve “vago” y no las sintetiza o no las asimila como debería; si lo calzas, entonces no hay necesidad de tejido graso en el adulto, de tejido fibroso y no hay necesidad de piel hiperqueratósica, por lo que el pie está desprotegido ante las agresiones externas. Aún así, esto le pasa a la mayor parte de los individuos, no a todos.
Es esa falta de adaptación la que provoca en los individuos que acuden a mi consulta dolencias tales como talalgias, quemaduras, objetos clavados, infecciones, fascitis plantar, necrosis avascular de zonas metatarsales tales como sesamoideos y segunda cabeza metatarsal, y a eso hay que añadirle un largo etcétera. El pie descalzo en el siglo XXI tiene que hacer frente a elementos que hasta no hace muchos años eran inexistentes, como por ejemplo el abrasivo alquitrán de las carreteras. No se diseñó para hacer frente a esas variables propias de la industrialización.

¿CÓMO NACIÓ ESTA NUEVA TENDENCIA?

Le pregunté a un paciente mío que corría descalzo que por qué lo hacía, y la respuesta fue inquietante. Se lo pregunté a más y todos dijeron lo mismo: “por culpa de las lesiones”. Muchos de ellos, después de lesiones tan sencillas de tratar como lesiones de gemelo y soleo, fascitis o problemas en bíceps femoral, aburridos de gastarse el dinero en médicos y fisioterapeutas, acabaron probando esta opción. Llamativo, ¿verdad? Desde un punto de vista puramente sanitario, estos pacientes corren descalzos para “evitar el dolor”, y mientras tanto se arriesgan (repito, no en todos los casos pero si en un número lo suficientemente significativo como para valorarlo) a otras lesiones de dispares naturalezas. Y claro, algo así te hace pensar. Si alguien que jamás ha corrido descalzo, que no sabe cómo es el tacto del asfalto, de piedras, el tacto del frío o del calor, si alguien que es pronador serio se arriesga a no tener una mínima contención de la pronación y evitar así un valgo de rodilla y la consiguiente lesión de ligamento y meniscos; si alguien así, o con un pie cavo, con predisposición a fascitis, dolor gemelar, lipodistrofia… si alguien así se arriesga, es porque tiene que estar realmente desesperado.
Y luego tenemos otro grupo de gente a los que yo les llamo “los nudistas del asfalto”, con todo el respeto y cariño del mundo, por supuesto. Hay gente que le gusta esa opción, escucharon hablar de ella y tiene sentido “el pie se diseñó para correr descalzo”, y lo aplican tal cual. Y un grupo de ellos tiene un pie ideal, un pie con pronación fisiológica, con grasa generosa, corren y se sienten bien, y es totalmente razonable y respetable. Pero claro, la adaptación, no es de un año, ni de dos, ni siquiera de tres. Es de un lustro en nosotros, europeos acomodados que llevamos siglos con calzado, que el pie ha evolucionado, los dedos se han acortado,  la grasa se ha reducido y la musculatura intrínseca del pie se ha debilitado; hemos evolucionado.

ENTONCES ¿ES BUENO CORRER DESCALZO?

Es natural, es biológico, es correctamente plausible, pero incorrectamente práctico extrapolable, no a unos pocos, sino a una inmensa mayoría sin la correcta adaptación. No consiste en meter miedo a la población, consiste en educar y dar todas las posibilidades para ser consciente de la realidad, la parte buena y la mala de esta técnica. Hay pacientes míos a los que no les va mal y vienen a mi clínica por otros motivos, aunque también es cierto que sus marcas son para pasar el rato y disfrutar de la carrera. Desafortunadamente, en la mayor parte de los casos, no termina bien y ves cosas serias, muy serias. Pero, repito, a muchos les va bien, se sienten libres y algunas lesiones desaparecen por fin, están contentos y eso hay que valorarlo también, faltaría más.
He leído mucho a favor de correr descalzo últimamente y en todo lo que se dice es verdad, pero una verdad a medias, y eso podría entenderse como mentira según cómo lo mires. Por lo que cuando uno habla de ciertas modas y tendencias, porque es una moda en auge (en Europa y Norteamérica) que no lleva más de 5 ó 10 años, tenemos que tener en cuenta que este tiempo no es nada si lo comparamos al tiempo que llevamos usando calzado en Europa. Así que cuando uno habla de esta nueva tendencia, lo más normal sería decir también las contraindicaciones, porque en la vida no todo es negro o blanco. Es en el término medio, en la correcta adaptación y en la información bien documentada, donde encontraremos el equilibro.
Informaos si en vuestro caso es aconsejable experimentar esta actividad. Si tenéis las armas adecuadas, adelante, si no, sed consecuentes. Quizá al principio todo vaya bien pero, con los años, probablemente desarrolléis dolencias que de forma contraria no las tendríais. Disfrutad de los placeres de la vida con inteligencia, cuidado y sentido común y nunca con excesos ni extremos. Y nunca olvidéis que “hasta la mente más brillante está desprotegida del poder de las modas”.
En otra ocasión hablaremos de todo lo contrario, las lesiones tan serias que provocan las zapatillas deportivas actuales, del enorme marketing que hay detrás y valoraremos hasta qué punto son sanas y volveremos a pensar todos juntos.

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